Lo cierto es que no es pesado sacar tiempo para ir a
comer afuera, o ir al cine, o ir a la fiesta (“el partysongo”) en la casa del
vecino, o ir al concierto del cantante mas favorito, y así se podría seguir
mencionado todas las cosas para las que existen tiempo. ¡PERO sacar tiempo para
ir a la iglesia un par de horas para alabar a Dios y darle gracias por las
bendiciones y protección recibidas, eso da mucho trabajo! Hasta aparecen
situaciones que meriten justificar no dar ese tiempo al Señor.
Cuando nos congregamos le estamos demostrando a Dios
nuestro amor y fidelidad. También escuchamos la palabra de Dios y eso nos ilustra
como vivir cristianamente todos los días y nos reafirma nuestra fe. También
conocemos gente que pueden ser fuente de apoyo espiritual para nosotros. También
se recibe oración, la cual nos ayuda a fortalecer el espíritu y cargar las energías
para las vivencias de la semana.
Cuando se vaya a la iglesia a alabar a Dios, pensemos
en Colosenses 3:12-17:
Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos
y amados, revístanse de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de
mansedumbre y de paciencia. 13 Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja
contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó. 14 Y sobre todo, revístanse de amor, que es el vínculo
perfecto. 15 Que
en el corazón de ustedes gobierne la paz de Cristo, a la cual fueron llamados
en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. 16 La palabra de Cristo habite ricamente en ustedes.
Instrúyanse y exhórtense unos a otros con toda sabiduría; canten al Señor
salmos, himnos y cánticos espirituales, con gratitud de corazón. 17 Y todo lo que hagan, ya sea de
palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios
el Padre por medio de él.
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