jueves, 11 de octubre de 2012

Los Cristianos No Celebran Halloween

Halloween es una celebración pagana donde se le da culto al satanismo, ocultismo, brujería, hechicera, y al asesinato morboso del ser humano. ¿Cómo les explico a mis hijos cristianos que todo eso es digno de celebrar o que es gracioso o que no hay nada malo con eso? O sea, ¿cómo les explico que es gracioso, significativo, placentero celebrar el día de Halloween donde los participantes se deleitan celebrando el asesinato de seres humanos de la forma más morbosa y denigrante y donde se valora la existencia de la maldad? Sencillamente, todo lo que significa y se hace en Halloween no viene de Dios. No es de Dios dar culto al ocultismo. En Efesios 5: 3, 5-12 dice:

3 Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios.

5 Porque pueden estar seguros de que nadie que sea avaro (es decir, idólatra), inmoral o impuro tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios.6 Que nadie los engañe con argumentaciones vanas, porque por esto viene el castigo de Dios sobre los que viven en la desobediencia. 7 Así que no se hagan cómplices de ellos.8 Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz 9 (el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad) 10 y comprueben lo que agrada al Señor. 11 No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas, 12 porque da vergüenza aun mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto.

Por lo tanto, los cristianos no patrocinamos una celebración cuya naturaleza es impura y ocultista. Ni tan siquiera concurro con que los niños celebren Halloween vistiéndose de conejitos, princesitas, o cualquier otro disfraz que se identifique como algo sano. Eso es como vestir un lobo de oveja. Muchas personas me han presentado ese tipo de “argumentación vana”, de que con disfraces inocentes sí se puede celebrar Halloween. No, eso es engañarse porque comoquiera se participa “con las obras infructuosas de la oscuridad,” y por ende, se es cómplice de celebrar un evento que es diabólico en su naturaleza. En 2 Corintios 11: 14 dice: Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz.” O sea, el disfraz no hace la cosa, pueden ser disfraces bonitos, de personajes de películas supuestamente inocentes, eso no cambia el propósito macabro de dicha celebración. Al hacerlo así, comoquiera se participa de una celebración infectada. Sencillamente ningún cristiano puede permitir que un hijo participe de una celebración pagana, ya sea en el hogar o en la escuela o en cualquier otro lugar, porque comoquiera es traer cosas abominables al hogar, como dice en Deuteronomio 7:26: No metas en tu casa nada que sea abominable. Todo eso debe ser destruido. Recházalo y detéstalo por completo, para que no seas destruido tú también.

En la noche del 31 de octubre, aumentan en las ciudades los crímenes, el vandalismo, y la violencia, entre otros actos diabólicos. La maldad se luce esa noche. Nuestra responsabilidad como cristianos es no participar de estas actividades y tenemos el deber de orar y reprender lo malo en el nombre de Jesucristo.

Oremos sin cesar en la noche del 31 de octubre. Amén

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