Dios o El Alcohol
Recientemente se dio una controversia sobre el uso de bebidas
alcohólicas en un concierto de música cristiana en el Coliseo José Miguel
Agrelot en Puerto Rico. Se dice que había mujeres y hombres bebiendo cerveza y
vino. Muchas personas se han pronunciado a favor y otras en contra de eso. El
que personas cristianas beban bebidas alcohólicas en la vida secular siempre ha
sido un tema de mucha contención. La justificación que comúnmente se ha
utilizado es que en la Biblia se menciona el consumo del vino, por ejemplo, en
la boda donde Jesús convirtió el agua en vino o cuando Pablo le aconseja a
Timoteo que siga bebiendo vino para aliviar sus problemas estomacales. Cuando
leemos el pasaje donde Jesús convirtió el agua en vino, jamás se menciona que
Jesús estaba bebiendo vino en dicha boda. Eso no lo sabemos. Ahora, si sabemos
que Jesús bebió vino en la cena de la Pascua, donde se instituyó la Cena del
Señor (Lucas 22:7-23). La pregunta es: ¿Qué clase de vino bebió Jesús en dicha
cena? En la Biblia nunca se ha dicho que Jesús bebió vino según lo que conocemos
es vino hoy día, que es el jugo de uva fermentado o vino, que tiene alcohol, y que
es embriagante. Mucho menos nunca se menciona en la Biblia a Jesús estando
embriagado bajo los efectos del alcohol, y decir eso sería una gran ofensa.
En la Biblia de Estudio Pentecostal hay dos artículos aclaratorios sobre
el vino en el Antiguo Testamento (AT) (p. 192-193) y el vino en el Nuevo
Testamento (NT) (p 1400-1401, 1454). En los tiempos bíblicos había dos clases
de vino, vino que era puramente jugo de uva y vino que era jugo de uva fermentado,
o sea, vino con alcohol. Dice en el artículo sobre el vino del NT que,
“los usos normales del vino por los judíos en
los tiempos bíblicos difieren de los usos de hoy. El vino de antaño era (a)
jugo de uva fresco, (b) jugo de uva en conserva, (c) jugo de uva secas, (d)
vino de uva hecho de almíbar de uva y agua, y (e) vino almacenado sin fermentar
o fermentado diluido con agua a una proporción tan alta como de veinte a uno.
Se consideraba falta de delicadeza el servir vino fermentado sin mezclar, lo
cual era contaminante y no podía recibir la bendición de los rabinos. A la luz
de esas realidades, es imposible defender la práctica de los tiempos modernos
de consumir bebidas alcohólicas sobre la base del uso que le daban al vino los
judíos en los tiempos bíblicos. Además, los creyentes de esa época eran incluso
más cautelosos que los judíos en cuanto a las diversas clases de vino (p
1454-1455).”
¿Cuál fue el vino que se utilizó en la cena de la Pascua? Dice en ese
artículo, que cuando se emplea la palabra vino, del griego “oinos,” en los
evangelios de Lucas, Marcos, y Mateo, en correlación a la Cena del Señor, estos
autores emplearon el término “fruto de la vid,” que es el vino sin fermentar,
vino natural, que contiene azúcar y no alcohol. Cada vez que en la Biblia se
habla del fruto de la vid, se refiere a jugo de uva puro, natural, orgánico.
Cuando se da la fermentación del jugo de uva, la azúcar que este contiene se
destruye y su alteración surge como lo que se conoce alcohol. Según el
diccionario de la Real Academia Española, la fermentación es un término que se
describe como “la acción y efecto de fermentar.” Fermentar es cuando una
“sustancia orgánica sufre un proceso bioquímico de transformación por la acción
de una enzima.” O sea, cuando algo se fermenta, hay una transformación, un
cambio de forma, y el resultado es algo distinto a lo original. Cuando el jugo
de uva se fermenta, éste deja de ser una bebida dulce que cae bien y que no
tiene efectos que alteren nuestro cuerpo físico ni nuestra capacidad mental. La
fermentación hace que el jugo de uva se convierta en una nueva substancia que tiene
un efecto embriagador que impacta nuestra capacidad tanto física como mental y
de una manera bien negativa, especialmente en el área de lo moral. Así mismo,
nuestra capacidad espiritual queda afectada bajo el consumo del alcohol y sobre
todo cuando las inhibiciones resultan en conductas inmorales que corrompen el
alma de la persona. Cuando se habla de un proceso de fermentación, ese vocablo
también implica descomposición y corrupción de esa materia orgánica. Según el
artículo del vino en el NT en la Biblia Pentecostal, se hace el énfasis de que
el uso de la palabra fermentación en la biblia simboliza corrupción y pecado.
Por lo tanto, no es de sorprenderse que cuando una persona está bajo los
efectos embriagantes del alcohol, se vea a tal persona comportándose de forma
inmoral, ya sea hablando con palabras soeces, comportándose violentamente, errando
en la toma de decisiones, o buscando placeres sexuales que conducen a la
promiscuidad, fornicación, y/o adulterio. Una persona que está bajo los efectos
embriagantes del alcohol es susceptible al pecado. Por eso tanto en el VT como
el NT la palabra de Dios es constante cuando nos dice que nos abstengamos de
beber vino fermentado. Pero antes de discutir esto al detalle, me gustaría
ilustrar que Jesús no bebió vino fermentado en la Cena de la Pascua.
Según la Ley de la Pascua, Dios dio instrucciones precisas de que en la
comida que se preparaba para dicha celebración no podía haber nada fermentado.
Se prohibía el uso de “seor”, lo cual se refiere a un agente de fermentación,
como la levadura, para preparar el pan o cualquier otro tipo de alimento al que
comúnmente se le ponía levadura. Dice en el artículo del vino en el NT que, “el
seor en el mundo antiguo con frecuencia se obtenía de la espuma espesa de la
superficie del vino en fermentación.” Esta Ley de la Pascua fue instituida
por Dios el día antes del éxodo del pueblo judío de Egipto. Esto está descrito en
Éxodo 12:15-20,
La fiesta de los panes sin levadura es un día que
ustedes deberán celebrar, porque en ese mismo día los saqué de Egipto a todos ustedes.
Lo celebrarán como una ley permanente que pasará de padres a hijos. Comerán
pan sin levadura desde la tarde del día catorce del primer mes hasta la tarde
del día veintiuno del mismo mes. No deberá haber
levadura en sus casas durante siete días, porque cualquiera que coma pan con
levadura será eliminado de la comunidad israelita, tanto si es extranjero como
si es del país. Por lo tanto, no coman nada que
tenga levadura. Dondequiera que ustedes vivan, deberán comer pan sin levadura.”
También esto
lo repite Dios en Éxodo 13:7-8:
Durante los siete días se comerá pan sin levadura, y
en ninguna parte de su territorio deberá haber levadura o pan con levadura. En ese día les dirán a sus
hijos: “Esto se hace por lo que el Señor hizo con nosotros cuando salimos de
Egipto.
Consecuentemente,
cuando Jesús y los discípulos se reunieron a celebrar la Pascua, que hoy día se
le llama la Pascua Judía para diferenciarla de la Pascua de Resurrección,
ninguno de ellos comió ni bebió nada que tuviera levadura. En esa cena no hubo
nada que estuviera fermentado, nada que tuviera algún efecto de transformación
en sus cuerpos, como lo es el alcohol. Jesús no bebió vino fermentado en la
Cena de Pascua, ni instituyó que, en la Cena del Señor, lo que conocemos hoy
día como la comunión, se utilizara vino con alcohol. Sería contradictorio pensar
y llegar a la interpretación de que el hijo de Dios, el Santo, hubiese estado
contaminando su cuerpo con vino fermentado durante su ministerio y al final de
este. Dios no se equivoca ni se contradice ni hace las cosas según la
mentalidad del hombre.
Volviendo al punto de la controversia de las bebidas alcohólicas en el
concierto de música cristiana, debiéramos analizar lo siguiente: ¿Cuál era el
propósito de dicha actividad? ¿Cuándo se menciona música cristiana, a que está
eso relacionado? Es lógico pensar que si es un concierto de música cristiana lo
que vaya a suceder allí no va a incluir actividades mundanas como lo es el
consumo de alcohol. Hay gente que dice que el lugar no era un templo donde por
supuesto no vas a encontrar la venta de bebidas alcohólicas. Dichas personas
entienden que fue normal que hubiese venta de bebidas alcohólicas en dicha
actividad. ¡Pamplinas! Eso es demagogia, dice la palabra de
Dios que donde hay dos o más reunidos en su nombre, su presencia estará allí.
Esa actividad era para que el centro de atención fuese la adoración y alabanza
a Dios. Fuera cual fuera el lugar, el propósito de la actividad hacía la
distinción de lo que iba a pasar allí. Lógicamente, al haber venta de bebidas
alcohólicas y que hubiese personas consumiendo dichas bebidas, eso rompió con
el propósito de dicha actividad y la misión de esta. Eso causó conmoción,
desconcierto, confusión, y evidentemente, cuestionamientos. Cuando nos reunimos
a alabar y escuchar la palabra de Dios no puede haber ningún tipo de levadura
que nos distraiga ni transforme ni corrompa el propósito de nuestra
congregación para Dios independientemente de cuál sea el lugar donde nos
congreguemos. Yiye Ávila se congregó en estadios grandísimos en Puerto Rico y
en América Latina, no eran templos ni edificios de congregaciones religiosas,
eran lugares públicos donde se daban diferentes tipos de eventos tanto
seculares como religiosos. ¿Acaso se vendieron bebidas alcohólicas cuando las
prédicas de Yiye Ávila en dichos lugares? Por supuesto que no, los productores
de las campañas evangelísticas de Yiye Ávila nunca lo hubiesen permitido. En el
Coliseo no solamente hubo un concierto de música cristiana, sino que también
hubo predicación. Y dicen que la predicadora pidió que no se vendiera comida ni
se comiera durante su predicación por respeto a la palabra de Dios.
En el mundo secular hay leyes de que no haya alcohol en varios eventos,
como lo son las elecciones de políticos. El día de las elecciones hay una Ley
Seca, ¿por qué?, porque el alcohol le puede subir las emociones al que bebe y
terminar en actos violentos u otro tipo de acciones inmorales. Dice la palabra
que un poco de levadura daña toda la masa. Es cierto, no fueron las 14 mil
personas que estuvieron allí quienes estuvieron bebiendo alcohol, posiblemente
fue un número reducido, pero ese pequeño número, esa pequeña porción de levadura,
dañaron la imagen pública y el propósito de dicha actividad. Y lamentablemente,
el cristianismo quedó en entredicho nuevamente.
Mi esposo siempre me ha explicado que en la cárcel los presos cristianos
nunca pueden hacer un ayuno parcial como lo hacen los musulmanes en la
celebración del Ramadán. Los musulmanes tienen un acuerdo con la prisión de que
durante el Ramadán ellos desayunan antes de las 6:00 am y cenan después de las
6:00 pm según la celebración de su ayuno parcial durante esos días. Y la
prisión les ha concedido ese “derecho.” Ahora, si los presos cristianos le
piden algo similar al sistema, ellos no se lo conceden. ¿Por qué? Porque los
cristianos hemos perdido poder y credibilidad y no hay unión, no nos hemos
ganado el respeto, y no ejercemos nuestro derecho. Ese día, debió haberse
negociado que no hubiese ventas de bebidas alcohólicas en el Coliseo, según la
naturaleza de la actividad. Los cristianos debieron ejercer su poder en Cristo
para decirle al mundo, no, durante mi congregación con Dios en el Coliseo, no
va a ver levadura que dañe la masa, no va a haber venta de bebidas alcohólicas.
Dicha actividad hubiese sido recordada para la historia como las 14 mil
personas que se congregaron para alabar a Dios solamente, y el enemigo no se
estaría burlando de los cristianos nuevamente por la tibieza de carácter.
Son muchas las veces que Dios trae el tema del vino con alcohol en la biblia.
Y siempre ha sido para señalar los efectos negativos del alcohol en nuestro
cuerpo y como esto nos puede alejar de Él. En Levítico 10:9-11, Dios dio
instrucciones claras y precisas a los sacerdotes que iban a servir en el
Tabernáculo sobre beber vino fermentado. Estaba completamente prohibido, y Dios
dijo por qué:
«Cuando tú o tus hijos tengan que entrar en la tienda
del encuentro, no deberán beber vino ni bebidas fermentadas, no sea que mueran.
Es una ley permanente, que pasará de padres a hijos, para que ustedes puedan
distinguir entre lo sagrado y lo profano, y entre lo puro y lo impuro, y puedan también instruir a los israelitas en todas las leyes que el
Señor les ha dado por medio de Moisés.»
Dios nos
dice claramente que cuando se bebe vino fermentado, recuerden, con alcohol, la
persona no puede distinguir entre lo sagrado o profano, puro o impuro, y
sabemos que bajo los efectos del alcohol la conducta humana se transforma a lo
profano e impuro. La persona pierde contacto con la realidad, se pone
imprudente, pierde sus facultades físicas—(pasa la llave si vas a guiar)—y
pierde toda la capacidad de control sobre sus emociones y funciones en general.
Jesús fue el Sumo Sacerdote y su comportamiento fue cónsono con el
mandato de su Padre. Jesús no bebió vino con alcohol pues los sacerdotes no
podían presentarse ante la presencia de Dios bajo los efectos de alcohol como
lo dice en Levíticos. Nosotros somos sacerdotes de Cristo. En 1 Pedro 2:9, dice
“más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios para que anuncies las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a la luz admirable.” Esa comparación con el sacerdocio no es al
azar, sino una reafirmación de que como sacerdotes de Cristo nosotros también
nos debemos abstener del consumo de bebidas alcohólicas. Los cristianos nos
debemos abstener de todo aquello que nos pueda llevar al pecado y la deshonra.
Así como los sacerdotes no se podían presentar a la presencia de Dios en el
Tabernáculo bajo el consumo de vino fermentado, así mismo se espera que los
cristianos se abstengan de las bebidas alcohólicas porque somos sacerdotes
también. Además, porque nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo de Dios y
no puede estar contaminado con vino fermentado lo cual representa lo profano e
impuro.
El apóstol Pablo, en su primera
carta a los Corintios, enfatizó que nosotros debemos glorificar a Dios con
nuestro cuerpo. En 1 Corintios 6:12, está esa famosa frase que Pablo dijo, “todas
las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas,
mas ya no me dejaré dominar de ninguna.” Es cierto, beber vino fermentado
es lícito, pero Dios Padre se pronunció de que hacerlo es irnos en contra de su
ley de sacerdocio, la cual es permanente, y desde la llegada de Cristo, sus
seguidores somos sacerdotes reales y templos del Espíritu Santo de Dios. Dios
Padre también nos advirtió de que beber vino con alcohol nos lleva al pecado, a
la corrupción, a lo profano, y lo impuro. Las bebidas alcohólicas no le
convienen al cristiano. Cuando Jesús le dijo al joven rico, deja todo lo que
tienes y sígueme, el joven rico no se quiso desprender de sus riquezas
materiales. El llamado es igual con respecto a otras cosas, deja todo lo que
haces que te separa de la presencia de Dios, deja todo lo que es obstáculo para
que seas templo del Espíritu Santo de Dios, y deja todo lo que aun siendo lícito
no conviene, déjalo a los pies de Cristo, entrégalo como ofrenda, y sigue a
Jesús como criatura nueva.
Hace poco estaba viendo una serie detectivesca. El personaje principal es
un detective que está investigando un caso. Esa noche ese detective estaba de
servicio. Ese día era el cumpleaños de su esposa, y ella le dice a él que
celebraran con una copa de vino. El detective le dice que no podía beber porque
estaba de servicio esa noche. Ella se enoja y le sigue suplicando, y él le dice,
“¿tú te imaginas que me llamen y yo responda y llegue al lugar con aliento a
alcohol?” La esposa se enoja aún mas y le dice que él tenía que escoger entre
beber con ella o su trabajo. El detective escogió su trabajo y no bebió vino. Él
le dijo a su esposa que no iba a poner en riesgo su trabajo de policía por una
copa de vino. En la vida secular son muchas las instancias donde se nos exige no
beber bebidas alcohólicas como lo es el trabajo. Hay algunos empleadores que
hacen pruebas de alcohol y drogas regularmente a sus empleados. Si vas al
trabajo bajo los efectos de bebidas embriagantes, recibes una suspensión o te
votan fulminantemente. Bueno, la vida cristiana es de todos los días, 24/7.
Nosotros estamos al servicio de Dios en todo momento. Nuestro sacerdocio real
es a cada segundo, minuto, y hora del día. La palabra de Dios es clara cuando
nos dice que nos abstengamos de beber bebidas embriagantes. Esto no se trata de
lo que yo opino o lo que yo crea. Esto se trata de obediencia y respeto a Dios.
Así como ese detective escogió su compromiso con su trabajo, así nosotros
debemos escoger nuestro compromiso con Dios y si eso incluye dejar de beber bebidas
alcohólicas, pues así será. ¿Escoges a Dios o el alcohol?
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