Sin embargo, todo aquello que para mí era
ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. Es más, todo lo considero
pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a él.
No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene
mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe. Lo he perdido todo a fin
de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección,
participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. Así espero alcanzar la
resurrección de entre los muertos.
Filipenses
3:7
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