lunes, 2 de diciembre de 2013

Tito 3:4-7

Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,

nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,

para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

Tito 3:4-7

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